Un camino de tierra, no siempre suave, nos lleva al pueblo de Santa Elena y a la Reserva Nacional de Bosque Nuboso de Monteverde, que cubre un área de 2600 hectáreas de vegetación exuberante a una altura de 1440 metros sobre el nivel del mar.

A principios de los años 50 llegaron a Monteverde un grupo de cuáqueros estadounidenses para establecer una pequeña granja lechera y principalmente para vivir en un ambiente tranquilo y pacífico. Estas pocas familias que llegaron al lugar junto con algunas personas locales establecieron el ahora conocido pueblo de Monteverde. Hoy en día hay alrededor de 7000 personas viviendo en el área y el lugar ofrece todo tipo de opciones de alojamiento, restaurantes y atracciones.

En la Reserva de Monteverde hay maravillosos senderos bien construidos e impresionantes puentes colgantes que le permiten ver miles de árboles, flores exóticas, pájaros, mariposas, reptiles, etc.

Monteverde es un resumen de una característica única de Costa Rica que, debido a su posición estratégica, sirve como un puente entre América del Norte y del Sur que funciona como un cuello para todo tipo de vida: animal o vegetal, que termina quedando en el área en su intento de moverse hacia el norte o hacia el sur. Esta es la explicación de por qué un país pequeño como Costa Rica de solo alrededor de 51000 metros cuadrados posee el 4% de toda la flora y la vida animal del mundo y también sirve como un pulmón global que suministra el 5% del oxígeno del mundo.

Monteverde ofrece, además del parque, muchas actividades que van desde canopy, cabalgatas, recorridos en ATV, caminatas nocturnas en el bosque, etc.

Se recomienda visitar los jardines de ranas y reptiles, donde podrá ver la mayoría de los ejemplares más exóticos de su tipo.